Se acerca la IA interactiva, la evolución de ChatGPT

Se acerca la IA interactiva, la evolución de ChatGPT

Fuente:MUY INTERESANTE,25/11/2023 09:59 am

Por Muy Interesante 

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Imagen / Pexels / Matheus Bertelli

La inteligencia artificial ha recorrido un camino asombroso desde sus humildes comienzos, transformándose de simples programas capaces de realizar tareas específicas a sistemas complejos que aprenden, evolucionan... Y, ahora, está en el umbral de interactuar de manera autónoma con el mundo que les rodea.

ctualmente nos encontramos en una fase que muchos ingenieros describimos como 'el auge de la IA generativa', un periodo caracterizado por máquinas que no solo procesan información sino que también pueden crear contenido que parece nuevo y original. Aquí tenemos a ChatGPT, a Pi, a Claude y a otros muchos más enfocados en imágenes, como Midjourney, entre otros.
No obstante, estamos al borde de una transición hacia algo incluso más revolucionario: la IA interactiva.

Así lo cree Mustafa Suleyman, cofundador de DeepMind y líder ahora de la empresa Inflection, una de las voces líderes que proclaman la llegada de esta nueva era. Según Suleyman, la IA interactiva representa la próxima frontera, una donde las máquinas no se limitan a generar respuestas o contenido, sino que pueden llevar a cabo tareas interactuando con otros sistemas de software y, por supuesto, con humanos, abriendo un abanico de posibilidades que van desde la mejora de la eficiencia operativa hasta la redefinición de las relaciones humanas con la tecnología.
 

La transición de la IA Generativa a la Interactiva

La inteligencia artificial generativa es un subcampo de la IA que se centra en la creación de nuevos contenidos, datos o soluciones que previamente no existían en su forma original. Utilizando algoritmos avanzados y los modelos de lenguaje de procesamiento natural, estas IA pueden producir obras de arte, música, textos e incluso soluciones a problemas complejos que son indistinguibles de los creados por humanos.

Estas capacidades se han manifestado en aplicaciones como la creación automática de imágenes, la síntesis de voz y la generación de texto, abriendo nuevas avenidas para la creatividad asistida por máquinas y la automatización de tareas que requieren un nivel de creatividad o comprensión contextual que antes se consideraba exclusivo del intelecto humano.

La IA interactiva, por otro lado, tal y como la describe Mustafa Suleyman, se refiere a sistemas de inteligencia artificial que pueden interactuar de manera independiente con el entorno, otros sistemas de software y seres humanos para lograr objetivos específicos.

Esta forma de IA no solo comprende y genera respuestas basadas en datos, sino que también puede tomar iniciativas, realizar tareas y aprender de las interacciones en tiempo real. La interactividad aquí es clave; estos sistemas pueden tener conversaciones significativas, colaborar en proyectos complejos, y asistir o incluso liderar en la toma de decisiones, “apretar botones” sin que nadie le pida que lo haga.

El impacto potencial de la IA interactiva es tremendo. En el ámbito empresarial, podría mejorar significativamente la eficiencia, permitiendo que los robots y las IA manejen tareas que actualmente requieren intervención humana significativa, como la gestión de atención al cliente o el mantenimiento predictivo.

En la salud, las IA interactivas podrían trabajar junto con los médicos para diagnosticar enfermedades o personalizar tratamientos para pacientes basándose en una comprensión profunda de vastas cantidades de datos médicos.

A nivel personal, la IA interactiva podría convertirse en asistentes personales verdaderamente adaptativos, aprendiendo y anticipando necesidades y preferencias individuales, lo que marcaría un cambio radical en la interacción hombre-máquina. Por otro lado, en la educación, podrían proporcionar tutorías y orientación personalizada, ajustándose al estilo de aprendizaje y al ritmo de cada estudiante.



Mustafa Suleyman y su visión de la IA

Mustafa Suleyman es una figura emblemática en el mundo de la inteligencia artificial, cuya trayectoria singular se ha entrelazado con un profundo interés por el impacto social de la tecnología. Desde sus inicios, Suleyman ha mostrado una inclinación hacia la acción comunitaria y el bienestar social, lo cual se evidencia en sus primeras iniciativas como la creación de la Muslim Youth Helpline, un servicio de asesoramiento telefónico para jóvenes.

Esta incursión en el activismo social proporcionó a Suleyman una perspectiva única sobre la importancia de la tecnología como herramienta para el cambio positivo, una visión que lo ha acompañado a lo largo de su carrera.

El salto de Suleyman al estrellato tecnológico vino con la cofundación de DeepMind, una compañía que se convirtió en sinónimo de avances pioneros en el aprendizaje profundo y la IA. Con DeepMind, Suleyman no solo ayudó a impulsar los límites de lo que la IA podía hacer, sino que también puso en práctica su creencia en el potencial de la IA para el bien social. Un ejemplo destacado fue el lanzamiento de DeepMind Health, que tenía como objetivo utilizar la IA para mejorar la eficiencia de los servicios de salud.

Después de DeepMind, Suleyman se trasladó a Google, donde lideró un equipo enfocado en la política de IA, antes de fundar Inflection. Con esta nueva empresa, él busca avanzar hacia la realización de IA interactivas con capacidades significativamente mejoradas en términos de autonomía y utilidad práctica. La creación del chatbot Pi, que se destaca por su capacidad para evitar la generación de contenido tóxico, refleja el compromiso continuo de Suleyman con una IA segura y ética.

La visión de Suleyman para Inflection es clara: llevar la IA más allá de la generación de contenido y hacia la interacción real y la ejecución de tareas, abriendo el camino hacia aplicaciones prácticas que podrían transformar radicalmente sectores como la atención médica, la educación y el servicio al cliente.

En el núcleo de la filosofía de Suleyman se encuentra una convicción constante: la IA debe servir a la humanidad, mejorando la vida de las personas y abordando los desafíos globales, no solo los intereses de un selecto grupo.
 

Una IA llamada Pi

Tenemos así a Inflection AI, la empresa liderada por Mustafa Suleyman, compañía que se perfila como un nuevo gigante en el competitivo terreno de la inteligencia artificial. Fundada con la ambiciosa misión de trascender los límites actuales de la IA generativa, Inflection se enfoca en el desarrollo de tecnologías de IA interactiva que puedan comprender y actuar de manera más humana y menos mecánica.

El chatbot Pi es una de las primeras manifestaciones concretas de la visión de Inflection. Como rival de otras tecnologías de chatbot como ChatGPT, Pi no solo se esfuerza por ser más amigable y educado, sino que también se caracteriza por su marco ético integrado.

La IA detrás de Pi ha sido diseñada para evitar la producción de respuestas tóxicas, discriminativas o peligrosas, abordando así uno de los problemas más desafiantes y críticos en el desarrollo de la IA conversacional: la generación de contenido seguro y respetuoso.

Pi representa un paso adelante en la evolución de los chatbots debido a su enfoque en la seguridad y la calidad del contenido generado. De hecho, todos los que lo prueban aseguran que parece que están hablando con un psicólogo.

Pi busca diferenciarse no solo en cómo responde, sino también en cómo guía las conversaciones hacia interacciones constructivas y positivas, fomentando un modelo de comunicación que podría tener implicaciones significativas para cómo la IA se implementa en entornos educativos, asistenciales y de trabajo.


Consideraciones éticas y sociales de la IA interactiva

La idea es buena, y los proyectos que se están generando son impresionantes desde un punto de vista tecnológico, pero a medida que la inteligencia artificial se vuelve más interactiva y autónoma, surgen desafíos éticos y sociales que requieren una atención cuidadosa. Las IA interactivas, con su habilidad para aprender, adaptarse y tomar decisiones, tienen el potencial de influir en la sociedad de maneras sin precedentes.

Una consideración ética primordial es la transparencia en la toma de decisiones: cómo las máquinas llegan a sus conclusiones y acciones es de suma importancia, especialmente en ámbitos críticos como la atención médica, la justicia y la seguridad pública.

Mirando hacia atrás en la historia, podemos ver cómo las innovaciones tecnológicas anteriores han planteado retos similares y cómo las respuestas regulatorias han ayudado a moldear su integración en la sociedad.

Por ejemplo, la introducción de automóviles llevó a la creación de códigos de tráfico, leyes de seguridad vehicular y sistemas de licencias para conductores, lo que garantizaba que los beneficios de la tecnología no se vieran empañados por el caos y los daños.

La IA interactiva, al igual que los automóviles en su momento, desafía a la sociedad a desarrollar nuevos marcos regulatorios. Sin embargo, la IA presenta desafíos únicos, como su velocidad de desarrollo, la complejidad técnica y la potencial falta de comprensión pública.

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