Por Eloisa Carmona
La limpieza de la cocina es la segunda cosa que seguro hacemos más en ese lugar de la casa, no tanto por placer, como nos pasa con cocinar, sino por mera necesidad de mantener ese espacio destinado a estar con nuestros alimentos limpios.
Limpiar la cocina es algo muy importante y hacerlo con las herramientas adecuadas siempre nos asegura que sea más sencillo y óptimo, por eso nos dimos a la tarea de investigar cuándo y cómo usar las diferentes fibras de cocina.
Tipos de fibras y usos
De fibra natural, de metal o esponjas suaves, acá te contamos para qué sirve cada tipo de fibra de cocina.
Esponjas de espuma y abrasivas
Estas seguro las conoces porque son las que tienen un lado de esponja amarillo, por lo general, y uno verde, abrasivo (también pueden ser delgadas y sólo abrasivas). Aunque solemos usarlas para lavar los platos, es importante evitar tallar con el lado abrasivo vidrios delicados u ollas con revestimiento antiadherente que puedan dañarse con este tipo de material.
El uso ideal para este tipo de esponjas es el de eliminar restos de comida o residuos pegados, así que son la mejor opción para tallar ollas con restos de salsas, por ejemplo, o sartenes con cochambre pegado.
Esponjas de metal
Estas son para el trabajo rudo, así que no puedes usarlas con revestimientos de esmalte ni de cerámica, pero pueden ser lo que necesita tu estufa para quitarle esa mancha dura de leche quemada pegadísima.
Esponjas naturales
Las más comunes de este tipo están hechas de luffa o, como lo conocemos los mexicanos, zacate. Sirven para lavar platos, son económicas y ya que son naturales, son biodegradables. También existen versiones más caras de esponjas suaves, extraídas del mar, muy absorbentes, ideales para limpiar ventanas, vajillas delicadas o secar derrames.
Esponjas de silicona
Las esponjas de este tipo tienen la ventaja de no ser porosas, por lo que no guardan olores, como las de espuma. Úsalas para lavar platos recién ensuciados, porque quitarán la grasa fresca sin ningún problema, pero no intentes quitar residuos secos, porque son suaves y no te ayudarán.
Si bien casi todas te pueden servir para limpiar platos y superficies de la cocina, no olvides las restricciones que las más ásperas o rígidas tienen con materiales que puedan rayarse, como copas de vino, cerámica o recubrimientos de teflón.
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