Por Sonora Star
El mundo de las finanzas suele obsesionarse con ideas como consejos, técnicas, trucos y estrategias. Pero si intentas implementarlos sin una base sólida corres el riesgo de encontrar numerosos obstáculos en tu camino.
Esa base sólida son los principios que se mantienen intactos aún con el paso de los años. Existen tres principios ‘eternos’ de la planificación financiera e inversión que todos deberían de conocer y que tienen que ver con las expectativas, mediación del éxito y comprensión del propósito de tu dinero.
Cuando comprendas estos principios fundamentales para una buena inversión, podrás utilizarlos para crear estrategias adecuadas para ti.
Principio 1: No existe la inversión perfecta
Si pudieras diseñar la inversión de tus sueños para poner en ella todo tu dinero, ¿cómo la describirías?
Probablemente desees que te genere una gran cantidad de dinero, que esté completamente libre de riesgos y que permanezca accesible sin ninguna clase de penalizaciones. Pero la verdad es que no existe una inversión perfecta que ofrezca todo a la vez: altos rendimientos, seguridad y acceso total: sueños.
Es decir, no encontrarás las tres características en una sola inversión, pero puedes encontrar inversiones que te ofrezcan dos de ellas.
Como regla general, cuando eliges una inversión, si esta parece ser demasiado buena para ser verdad es porque en realidad es muy buena o porque aún no has escuchado las malas noticias. Ten en cuenta este principio y podrás evitar grandes pérdidas al evitar inversiones con inconvenientes ocultos.
Principio 2: El éxito se mide por quien logra sus metas
El segundo principio que debes conocer es que, cuando inviertes, el éxito no se mide realmente por quien obtiene la tasa de rendimiento más alta. El éxito se mide por quien logra sus objetivos. Antes de determinar dónde depositas tu dinero, debes tener una idea clara de lo que quieres que tu dinero haga por ti.
Si tus objetivos son completamente diferentes a los de otra persona, la lógica dicta que debes utilizar estrategias diferentes. Por ejemplo, imagina que estás tratando de determinar el mejor tipo de transporte.
Supón que vas a la casa de tu vecino, ¿cómo llegarás? Podrías conducir, pero ir caminando tendría más sentido dada la cercanía del lugar hacia donde te diriges.
Si vas al centro de la ciudad por un café, podrías caminar pero te tomaría horas. Entonces, la mejor opción sería conducir. Lo que determina tu método de viaje es tu destino.
La misma idea se aplica para la inversión: dependiendo de tus objetivos, tendrás éxito si eliges las inversiones que mejor se alineen con ellos.
Principio 3: El propósito de tu dinero se ve afectado por tu fase actual
En los dos principios anteriores se mencionó que no existe una inversión perfecta y que el propósito de tu dinero debe determinar lo que debes hacer con él. Por último, el tercer principio es el siguiente: el propósito de tu dinero se ve más afectado por la fase que vives actualmente.
Cuando consideras tu vida de inversión, escalar una montaña es una buena analogía. Podrías pensar que tu objetivo es escalar una montaña, pero en realidad es escalar la montaña y regresar a salvo al pie de esta. ¿Qué tiene que ver esto con las inversiones?
Escalar la montaña representa esa parte de tu vida de inversión en la que estás acumulando tus ahorros.
Ese momento de euforia al llegar a la cima representa el momento de tu retiro. Aún necesitas bajar esa montaña de manera segura, lo que significa que aún debes tomar decisiones de inversión sobre tus ahorros.
Pero en este punto, la mayoría de las personas jubiladas también obtienen ingresos de sus inversiones, lo que cambia drásticamente su propósito.
Aunque existen muchos factores que pueden ayudarte a determinar el propósito de tu dinero, subir o bajar la montaña es uno de los más importantes que afectan tus decisiones al momento de invertir.
El lugar donde te encuentras influirá si estás ahorrando o estás cambiando tu enfoque hacia el crecimiento. Saber qué fase aplica para ti es fundamental para elegir la estrategia de inversión adecuada.
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