El poder del aburrimiento: beneficios y límites en la era digital

El poder del aburrimiento: beneficios y límites en la era digital

Fuente:MUY INTERESANTE,27/07/2024 08:35 am

Por Muy Interesante 


Imagen / Pexels / Andrea Piacquadio

Descubre cómo el aburrimiento puede ser una herramienta poderosa para fomentar la creatividad y el desarrollo personal.


En tiempos de ultra conexión como los actuales, conviene reflexionar sobre las bondades de dejar de lado las pantallas y por qué no, aburrirse. ¿Cómo se puede gestionar con los más pequeños ese tan repetido “Me aburro”? ¿Existe una medida ideal para el aburrimiento, de forma que no se caiga en un estado de desgana? ¿De qué manera olvidarse del móvil puede servir para reconectar con nuestro lado más creativo, ya seamos niños o adultos?


Todos cuando hemos sido niños (y no tan niños) hemos dicho en algún momento, la frase “me aburro”, y más hoy en día, cuando la sociedad está hiperconectada en todo momento, gracias a internet y a los dispositivos móviles, y se promueve la multitarea. La pregunta que habría que hacerse, no es tanto si es bueno usar las pantallas para evitar el aburrimiento, sino si es o no bueno aburrirse. Veremos a continuación que la respuesta a esta pregunta dependerá del contexto en la que la hagamos y cómo además puede llegar a influir en el desarrollo de nuestra creatividad.


¿Es bueno aburrirse?

Si hablamos de una clase, aburrirse no es bueno puesto que perdemos interés, no centramos atención y no aprendemos. Si, por el contrario, estamos hablando de una situación cotidiana, como puede ser ir a comer fuera de casa o incluso estar en una sala de espera de un médico, no es infrecuente ver como a los niños se les deja un dispositivo móvil con tal de evitar que se aburran y causen molestias a los adultos al levantarse, correr, jugar o levantar la voz.

La neurociencia reconoce como una necesidad esencial que los niños puedan moverse. Tanto es así que se cree que nuestro sistema nervioso surge debido al movimiento, ya que al estudiar diversos invertebrados que tienen un sistema nervioso muy simple, este desaparece si dejan de moverse. De hecho, los médicos han pasado de prescribir reposos a todo lo contrario: indicar que realicemos ejercicio para recuperarnos física y mentalmente antes.

Por lo tanto, si los niños se aburren y recurrimos a darles un móvil o una tableta, conseguimos que se estén quietos y callados, pero eso no es bueno para su sistema nervioso, ya que el moverse consigue que sus neuronas segreguen unas sustancias químicas, que hacen que sus conexiones con otras neuronas aumenten y, con ello, su capacidad de aprendizaje.

Si los niños se aburren y recurrimos a darles un móvil o una tableta, conseguimos que se estén quietos y callados, pero eso no es bueno para su sistema nervioso.

Esto se explica porque nuestro cerebro presenta plasticidad neuronal, haciendo que nuestras neuronas, de forma continua, formen y deshagan redes por las que va a circular información, lo que permite que nos adaptemos mejor a los cambios. Precisamente una definición que se hace de creatividad es la de capacidad de adaptarnos a los cambios y establecer relaciones entre ideas antes no relacionadas.

En una sociedad como la nuestra, que cambia continuamente, la creatividad es una habilidad muy demandada, porque nos permite adaptarnos a los cambios y superar obstáculos y resolver problemas. Cuantas más conexiones se realicen, más conocimiento seremos capaces de almacenar de una forma más efectiva, mayor será la atención y también habrá más motivación.

Por otro lado, además, si los niños están enganchados a un dispositivo móvil durante mucho tiempo están perdiendo oportunidades no solo de moverse, sino también para aprender a observar su mundo, enriquecer su ya de por sí curiosidad innata y sus ansías de explorar su entorno más inmediato, y por lo tanto dejan de generar conocimiento.
 

¿Cómo evitar que los niños se aburran?

Existe evidencia acerca de que el aprendizaje multisensorial, a través del que desarrollamos todos nuestros sentidos, ayuda al aprendizaje, pues los sentidos son la vía de entrada de información a nuestro interior. Así, ya hay centros escolares que promueven que los niños aprendan las tablas de multiplicar mientras se salta, que pinten en clase de plástica mientras escuchan música o incluso que aprendan a escribir dibujando con sus dedos las letras en bandejas con arena.

Por ello, en esas ocasiones en que los niños deban estar quietos, como puede ser la consulta de un médico, lo ideal es que cuenten con alternativas para que los niños puedan explorar, como una mesa con lápices y hojas para que dibujen, plastilina, juegos de construcción, etc.

Existe evidencia acerca de que el aprendizaje multisensorial, a través del que desarrollamos todos nuestros sentidos, ayuda al aprendizaje.

Cuando esto es imposible, se puede jugar con el niño haciéndole preguntas que hagan fijar su atención en su entorno, permitiéndole desarrollar así sus sentidos, más allá de la vista, como puede ser preguntar cuántos objetos blancos encontramos y que describamos cómo son; o que intenten adivinar qué tenemos escondido en la mano, con los ojos cerrados, utilizando solo el tacto o el oído como sentidos principales.

Otra opción podría ser encadenar historias, empezando uno y continuando el otro, incluso poniendo como limitante el tener que usar ciertas palabras, como ocurre con juegos clásicos como el tabú. Si se trata de niños muy pequeños podemos jugar al “veo veo” o tratar de averiguar la solución a una adivinanza.

Todas estas acciones, además, promueven el desarrollo de nuestra creatividad y esto resulta de vital importancia, ya que la imaginación es un arma muy poderosa en educación y muy demandada a nivel laboral. Tanto es así, que se ha visto que la práctica de visualizar que realizamos una acción determinada consigue promover cambios en nuestro cerebro y condiciona nuestro comportamiento y cómo aprendemos.

Un mito que, sin embargo, hay que desterrar es precisamente que no somos creativos, ya que es una capacidad inherente al ser humano. Resulta más preciso afirmar en qué grado somos creativos. Cuanto más pensemos de forma creativa, más creativos seremos. Por eso, cuando oigamos al niño decir “me aburro”, no le demos siempre un dispositivo móvil y dejemos que entrene su creatividad y su imaginación preparándole para un futuro imposible de dibujar.

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