Por Universia 
La pandemia de coronavirus tuvo un impacto fuerte en la salud mental de las personas y la OMS tuvo que hacer una llamada de atención a todos los países para que refuercen los servicios y planes para su prevención. Según un informe publicado por este mismo organismo, en el primer año de la pandemia por COVID-19, la prevalencia de la ansiedad y la depresión aumentó un 25% en todo el mundo.
En el ámbito laboral, la forma en la que los empleados piensan, sienten y se comportan repercute en muchos aspectos: desde la productividad y la comunicación hasta la capacidad para mantener la seguridad en el lugar de trabajo. Por lo tanto, ayudar a los empleados a mejorar su salud mental y hacer este tema más visible es uno de los retos más importantes para las compañías hoy en día ya que si mejora el bienestar de un empleado mejorará el ambiente en toda la empresa.
Todos podemos tomar medidas para mejorar nuestra propia salud mental y desarrollar la resiliencia y la capacidad para hacer frente a los problemas. A continuación, os damos algunos consejos o estrategias que pueden ser útiles para crear un lugar de trabajo mentalmente saludable:
1. Habla de sentimientos
Hablar o mencionar problemas relacionados con el estrés, la depresión, la ansiedad u otras enfermedades mentales es visibilizar el tema y también educar a los gerentes o jefes acerca de posibles signos de problemas de salud mental. Una conversación agradable entre un responsable y un empleado podría ser fundamental para animar a una persona a buscar ayuda.
Puede ser difícil hablar de los sentimientos en el trabajo así que si tienes compañeros con los que puedes charlar de forma abierta o un responsable que te da confianza en las sesiones de evaluación, aprovecha estas situaciones para hablar sobre cómo te sientes.
2. Pon límites y asume fallos
Laura, de @aprendeconlauu destaca que lo más importante es cuidarse a sí mismo y para ello es necesario poner límites. “Si tenemos una carga de trabajo muy grande y no paramos de decir que sí, eso nos puede crear ansiedad y estrés porque el trabajo se acumula y no podemos con todo. Lo mejor es terminar una tarea y hacer la siguiente de una forma organizada”.
Si somos personas muy perfeccionistas y queremos hacer todo bien debemos asimilar que cometer errores es de humanos. Debemos darnos permiso para ser humanos y actuar como tales.
3. Mantente activo
El ejercicio regular puede aumentar la autoestima y ayuda al empleado a concentrarse y sentirse mejor.
Los expertos dicen que la mayoría de las personas deberían hacer unos 30 minutos de ejercicio al menos cinco días a la semana. El ejercicio, la alimentación saludable y hacer actividades de ocio son algunas formas sencillas de fortalecer la mente y mejorar la salud mental.
4. Fomenta las relaciones personales y el trabajo en equipo
Las relaciones son clave para nuestra salud mental y nuestro bienestar. Cuando agregamos valor (ya sea liderando un proyecto, ofreciendo nuestra propia visión o simplemente aportando un talento al equipo), nos sentimos valorados y agradecidos y esto nos hace sentir mejor.
Además, “trabajar en equipo y en grupo se construye porque lo que no piensa uno, lo piensa la otra y al final el trabajo resulta”, afirma Laura.
La interacción cara a cara con alguien nos permite ver expresiones faciales, escuchar el tono de voz y lograr una mejor comprensión de una situación por lo que debemos esforzarnos por fomentar nuestras relaciones personales. Estar un poco menos conectado puede ayudarnos mucho a sentirnos más conectados con quienes nos rodean.
5. Organízate para tener tiempo libre y aprender algo nuevo
¿Qué te gusta hacer?, ¿En qué actividades puedes perderte? ¿Qué te encantaba hacer en el pasado que ahora no haces?
“Organizar el horario de una manera correcta es fundamental. Por la mañana el trabajo y por la tarde tener tiempo para uno mismo e ir a yoga, a pasear, quedar con los amigos o la pareja, desconectar al máximo y así, al día siguiente, comenzar la mañana de una manera más activa”, aconseja Laura. Hacer una actividad que disfrutas mucho significa que eres bueno en ella y esto puede aumentar también tu autoestima.
En el trabajo es posible que tengas un hobbie que te gustaría compartir con tus compañeros: hacer un club de lectura, salir a montar en bici o crear un grupo de manualidades puede ser una buena manera de compartir una pasión con otros.
Aprender algo nuevo también nos da un mayor sentido de propósito en el mundo y si somos capaces de aplicar lo que aprendemos en reuniones o en nuestro propio trabajo nos sentiremos más realizados. El aprendizaje continuo puede generar sensación de bienestar y logro, un mejor mecanismo de afrontar el estrés y elevar nuestra autoestima. Puedo apuntarme a un curso de cocina, de idiomas, un deporte nuevo…
6. Pide ayuda y alza la voz
Todos, a veces, nos cansamos o nos sentimos abrumados por cómo nos sentimos o cuando las cosas no salen según lo planeado, pero es importante no callarse y alzar la voz.
Los departamentos de recursos humanos de las empresas empiezan a dar importancia a tener un programa de asistencia al empleado donde este puede hablar de forma confidencial y sentirse libre para contar lo que le pasa.
Es cada vez más frecuente en la sociedad y en el lugar de trabajo la necesidad de contar con medidas adecuadas para abordar la salud mental porque es una forma de crear conciencia, desarrollar formación, eliminar barreras y fomentar conversaciones positivas sobre este tema.
Cada vez más personas comienzan a hablar sobre los problemas que les afectan y, a medida que la sociedad se vuelve más consciente y acepta estos problemas, los lugares de trabajo experimentan una transformación mucho más positiva. Esto tendrá un impacto en una fuerza laboral mentalmente más saludable, productiva y feliz.
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