Por Sonora Star
Pequeñas cantidades de ejercicio podrían tener un efecto importante en la felicidad.
De acuerdo con una nueva investigación sobre el buen humor y la actividad física, las personas que hacen ejercicio una vez a la semana, o por tan solo 10 minutos al día, tienden a ser más alegres que quienes nunca hacen ejercicio. La investigación muestra que cualquier tipo de ejercicio puede ser útil.
Esta idea de que la actividad física puede afectar nuestros estados de ánimo no es nueva. Muchos de nosotros probablemente afirmaríamos que nos sentimos menos malhumorados o más relajados después de trotar o ir al gimnasio.
Un estudio de la American Journal of Psychology observó que las personas físicamente activas tienen un riesgo mucho menor de desarrollar depresión y ansiedad que las personas que rara vez se ejercitan.
Pero la investigación anteriormente mencionada se centró en las relaciones entre el ejercicio y problemas psicológicos como depresión y ansiedad. Pocos estudios han explorado en vínculo entre la actividad física y emociones optimistas, especialmente en personas psicológicamente sanas, y estos estudios generalmente se enfocan en un solo grupo de edad o tipo de ejercicio.
En sí, no nos dicen mucho sobre las cantidades o los tipos de ejercicio que podrían mejorar nuestro estado de ánimo, o si la mayoría de nosotros seremos más felices con el ejercicio regular.
Así que, en este nuevo estudio publicado en The Journal of Happiness Studies, investigadores de la Universidad de Michigan decidieron agregar y analizar varios estudios anteriores sobre el ejercicio y la felicidad.
Comenzaron combinando las bases de datos de 23 investigaciones relacionadas con el tema, publicadas desde 1980. La mayoría de ellas eran de observación, lo que significa que los científicos simplemente miraron a un grupo de personas, preguntándoles cuánto se ejercitaron y cuán felices fueron. Algunos otros de los estudios fueron experimentos en los que las personas comenzaron a hacer ejercicio y los investigadores midieron su felicidad antes y después.
Normalmente, la cantidad de participantes en estos estudios fue pequeño, pero en total sumaron a más de 500 mil personas, desde adolescentes hasta adultos mayores, y cubriendo una amplia gama de grupos étnicos y socioeconómicos.
En la mayoría de dichos estudios, el ejercicio estaba fuertemente vinculado con la felicidad.
«Cada uno de los estudios observacionales mostró una relación muy beneficiosa entre estar físicamente activo y ser feliz», afirmó Weiyun Chen, profesor de kinesiología en la Universidad de Michigan.
El tipo de ejercicio no parecía ser importante. Algunas personas felices caminaban o corrían, otros practicaban yoga y estiramientos.
Además, la cantidad de ejercicio necesario para inducir la felicidad fue leve, mencionó el Dr. Chen. En varios estudios, las personas que hacían ejercicio solamente una o dos veces por semana dijeron que se sentían mucho más felices que los que nunca hacían ejercicio. En otros estudios, 10 minutos de actividad física diaria se relacionaron con estados de ánimo más optimistas.
Pero realizar más movimiento físico generalmente contribuyó a una mayor felicidad. Si las personas se ejercitaran durante al menos 30 minutos al día, que es la recomendación estándar para una buena salud, tendrían un 30% más de probabilidades de considerarse aún más felices que las personas que no cumplieron con este intervalo de tiempo.
«Los resultados indican que el ejercicio puede contribuir a la felicidad, y si bien es cierto que cualquier ejercicio puede ayudar, si se hace un mayor esfuerzo sería mejor», expresó el Dr. Chen.
Pero como la mayoría de los estudios revisados fueron observacionales, aún no es posible establecer si el ejercicio causa directamente cambios en la felicidad. Podría ser que las personas felices tengan más probabilidades de hacer ejercicio que las personas que se sienten tristes. Si este fuera el caso, el ejercicio no hubiera ayudado a hacer felices a las personas; más bien, su felicidad los hubiera motivado a ejercitarse.
Se debe considerar que la felicidad es un concepto intrínsecamente subjetivo. Los estudios analizados preguntaban a las personas qué tan felices se sentían. Pero la felicidad de una persona puede ser la tristeza de otra, lo que dificulta la generalización de cómo cualquiera de nosotros podría reaccionar emocionalmente al comenzar una rutina de ejercicios.
El estudio en cuestión no profundizó en cómo el ejercicio podría influir en la felicidad.
«Hay indicios de que los factores sociales podrían modificar los efectos del ejercicio en la felicidad», afirmó el Dr. Chen. En otras palabras, las interacciones sociales que ocurren durante una clase de ejercicios o una visita al gimnasio pueden elevar el estado de ánimo de las personas.
Incluso menciona que las personas podrían sentirse más felices por los efectos que tiene el ejercicio en la salud. La actividad física podría reconfigurar el cerebro, por ejemplo, al incentivar la creación de nuevas células cerebrales o cambios en las sustancias químicas del cerebro, de manera que inciten a producir emociones positivas.
El Dr. Chen espera que experimentos futuros exploren estos temas. Pero, por ahora, puede afirmar que las personas que hacen ejercicio probablemente serán más felices que las que no lo hacen.
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