Por Muy Interesantes
Los síntomas del estrés pueden afectar a nuestro cuerpo, a nuestra mente y nuestro comportamiento. Un estrés sin control puede contribuir a muchos problemas de salud, como presión arterial alta, enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes.
Cuando una persona está estresada, el cuerpo se prepara, precisamente, para dar una respuesta a ese estrés. Esta respuesta puede causar cambios físicos en el cuerpo: afecta el cuello y los hombros, por ejemplo, agrandando los vasos sanguíneos en los grandes grupos musculares para permitir un suministro de oxígeno más rápido.
Problemas musculares
Los músculos de nuestro cuerpo se tensan para protegerse de lesiones cuando estamos estresados. Tienden a liberarse cuando nos relajamos, pero si los sometemos continuamente a estrés, puede que los músculos no tengan la oportunidad de relajarse. ¿Qué puede provocar que estén tensos demasiado tiempo? Dolores de cabeza, dolor de espalda y hombros, y dolores corporales. El estrés crónico aumenta la tensión en los músculos que se extienden por la parte posterior de la espalda; restringe el movimiento del cuello y los hombros e incrementa nuestra percepción del dolor.
Enfermedad cardiaca
El estrés agudo puede aumentar directamente la frecuencia cardíaca y el flujo sanguíneo, lo que puede provocar niveles altos de colesterol y triglicéridos en el torrente sanguíneo. También se ha demostrado que el estrés puede desencadenar problemas cardíacos graves, incluidos ataques al corazón. El estrés puede hacer que desee comer en exceso, fumar o dejar de hacer ejercicio, todos los cuales son factores de riesgo de enfermedad cardíaca.
Problemas gastrointestinales
El estrés no causa úlceras, pero sí que puede crear o agravar problemas digestivos en personas con problemas gastrointestinales comunes, especialmente acidez estomacal crónica (enfermedad por reflujo gastroesofágico o ERGE) y síndrome del intestino irritable (SII). Varios factores, tanto biológicos como psicológicos, contribuyen a los trastornos gastrointestinales.
Enfermedad de Alzheimer
Los investigadores aún tienen que probar la conexión entre el estrés y la enfermedad de Alzheimer, pero se cree que el estrés causa inflamación del cerebro, haciéndolo más susceptible a problemas de salud en general, por lo que se expone que el estrés puede aumentar el riesgo de sufrir alzhéimer. De la misma forma, el estrés también está asociado con la depresión, que se sabe que aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Asma
Muchos estudios han demostrado que el estrés puede empeorar el asma y que es un desencadenante común en los síntomas de esta enfermedad en la que las vías respiratorias se inflaman y se dificulta la respiración.
Problemas en el sistema inmunitario
El estrés estimula el sistema inmunológico, lo que, a priori, puede parecer positivo al mantener nuestro cuerpo alerta para evitar infecciones y curar heridas. Sin embargo, con una gran carga de estrés continuo, las hormonas del estrés provocan un debilitamiento del sistema inmunológico y acaban reduciendo la respuesta del organismo a los invasores extraños haciéndolo más vulnerable.
Diabetes
El estrés puede empeorar la diabetes al aumentar la probabilidad de seguir malas conductas alimentarias y elevar los niveles de glucosa de las personas con diabetes tipo 2. Las personas que tengan predisposición a la diabetes, ya sea por antecedentes familiares o hábitos de estilo de vida, pueden aumentar su riesgo al comer en exceso inducido por el estrés.
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